Francia, EE.UU y el colonialismo

A principios del Siglo XX, los Estados Unidos empiezan a convertirse en primera potencia industrial del mundo, pero sus intereses chocan con los viejos imperios coloniales europeos. En 1898 entran en guerra con Espaňa para arrebatar la independecia de Cuba y Filipinas. En pocos aňos, su poderío económico e industrial les permite copnvertirse en los campeones del anti-colonialismo en nombre de la libertad de los pueblos y sobre todo en nombre de la libertad de sus mercancías y capitales para invertir donde quieren.

A partir de 1945, tanto Washington como Moscú apoyan la descolonización en nombre del “derecho de los pueblos de disponer de si mismos”. Los Estados Unidos critican la gestion francesa de la crisis argelina. Estas críticas son percibidas en Francia como une ingerencia en sus asuntos internos. Los discursos descolonizadores americanos y soviéticos refuerzan el movimiento de los pueblos. Francia se ve obligada a ceder la independencia, aunque sea simbólica (neocolonialismo)

Charles de Gaulle vuelve al poder en 1958, al verse obligado a ceder la independencia a sus colonias africanas empieza a oponerse al liderazgo americano estimando que la paz no pasa forzosamente por la americanización del mundo, se retira del mando de la OTAN y cierra las bases americanas instaladas en Francia. De Gaulle, a pesar de haber rechazado la descolonización en Indochina, se opone al apoyo americano a la república del Vietnam del Sur contra la rebelión comunista del Vietnam del Norte y al ataque israelí durante la Guerra de los Seis Días en 1967.

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Francia, obligada por los Estados Unidos a salir de sus colonias africanas, Africa se convirtió en el téatro de enfrentamiento de intereses ideológicos para Estados Unidos y culturales y económicos para Francia. Así, Africa tuvo derecho a un régimen de guerra fría en el que las relaciones entre los dos actores tendían a ser equilibradas, cooperativas y prévisibles. En este contexto nació la política africana francesa conocida bajo el nombre de “Françafrique”. En esta guerra contra los EEUU, los focos anglófonos fueron puestos en la mira con una violencia sin igual. De esta manera, Francia estuvo detrás de la sangrienta guerra de Biafra para escindirla de Nigeria, las atroces guerras de Liberia y Sierra Leona y apoyará Camerun contra las tribus anglófonas que reivindican la independencia o la anexión a Nigeria y no escatimará ningún esfuerzo para evitar que la Gulf Oil se instale en Angola.

Los Estados Unidos hicieron la vista gorda en nombre de la la guerra contra la URSS, pero sobre todo para evitar que Francia se retire definitivamente de la OTAN. Esta situación consensuada se degrada en 1990 cuando, para Washington, el fin de la guerra fría reduce el imperativo ideológico a favor de los objetivos económicos. Según el principio de “Trade not aid”, la administración americana se lanza en la diplomacia comercial y afirma, por boca de Warren Christopher, que las zonas de influencia ya no tienen razon de existir. Curiosamente, ahora viene Nicolas Sarkozy y decide reincorporarse al mando de la OTAN. Esta vuelta al mando de la Alianza Atlántica es un mensaje dirigido a los EEUU para decirles : “Ahora nos dejáis en paz con nuestra política exterior y nuestras colonias”. Por ello, inmediatamente después celebró el referendum en Mayotte para anunciar la conversión de esta colonia en un departamento (provincia) francés y para acallar las voces americanas que protestan contra los que está pasando en las Islas Guadalupe, donde los aires independentistas ya no se ocultan y su líder (Elie Demotte) está siendo diabolizado y acusado injustamente.

El interés comercial americano por Africa pasa forzosamente por la continuidad de su política anti-colonialista. Francia sigue teniendo colonias en diferentes rincones del mundo designadas con el nombre de departamentos franceses de Ultramar: Las Antillas, Nueva Caledonia, Guadalupe, Guayana Francesa, Mayotte, Polinesia Francesa, Wallis y Futuna, Reunión, Saint-Pierre-et-Miquelon, Saint-Martin, San Bartolomé, Tierras Australes y Antárticas Francesas, Islas Eparsas (reivindicadas por….) Isla Clipperton, Martinica. Por lo tanto, la guerra americana contra el colonialismo francés seguirá para disminuir la hegemonía política y comercial francesa. La vuelta a esta política anticolonialista por parte de Obama es un factor de inquietúd en Marruecos y en los diversos focos de la presencia francesa en Africa. De nuevo los intereses franceses se sienten amenazados. La historia se repite y los EEUU tendrán que apoyar la lucha de los pueblos por la independencia si quieren disminuir la influencia francesa en el mundo e imponer sus ideales de globalización comercial. Quien dice globalización dice hegemonía y dominio en el planeta.

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En lo que concierne a la última colonia en Africa, el Sáhara Occidental, los refugiados esperan con fervor que el presidente Obama reanude la legendaria política anti-colonialista americana y condene la invasión marroquí reiterando el derecho legítimo del pueblo saharaui a la autodeterminación e independencia.

Los dirigentes marroquíes, conscientes de esta nueva realidad, no escatimaron ningún esfuerzo para recordar a Obama las viejas relaciones de Marruecos con EEUU y la prensa marroquí llegó incluso a comparar al jefe de la Casa Blanca con el rey Mohamed VI. Pero el viento no siempre sopla como lo desean los marineros y los últimos acontecimientos acaecidos ante el muro de la vergüenza son un punto más a favor el pueblo saharaui y a favor de todos los pueblos que aún yacen bajo el yugo colonial.

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