Por Mohamed Mahamud Embarec
La pareja presidencial francesa llegó hoy para una visita de dos días, pero su llegada hace grandes títulos en la prensa espaňola desde hace una semana, sobre todo la de Carla Bruni, calificada como un Tsunami de belleza, gracia y generosidad que va a invadir a Espaňa. Y es que el esposo casi pasa desapercibido al lado de la gran lady. Razones por las que EL PAIS fue obligado a escribir que “no hay que olvidar que el presidente es Sarkozy”. Es posible que la prensa espaňola no haya encontrado nada más que admirar en esta visita que la presencia de Carla. Un hecho realemente revelador del afecto que tienen los espaňoles por Nicolás.
“Para mi, José Luis es un hombre de talento, un hombre de convicción y una granf figurea en Europa”, fueron las palabras de Nicolas Sarkozy en su entrevista exclusiva con El PAIS, en la que se lanzó en alabanzas al presidente del gobierno espaňol en vísperas de la XXI cumbre bilateral que tiene lugar, hoy, en Madrid.
Para mejor disipar la incomodidad suscitada por sus comentarios sobre el líder socialista, Sarkozy expresó su “afecto sincero” y de su “verdadera amistad” con Zapatero, sin olvidar su “gran estima” por el. Una manera de cortar y acabar con los “rimores absurdos” sobre la supuesta débil inteligencia de su homólogo. Ya el sábado pasado, el Casanova francés intentó desminar el terreno en sus declaraciones a “Le Monde”, subrayando su “muy buena relación con el Presidente Zapatero”.
Conociendo a Sarkozy, con eso quiere decir “ese tío, comparado conmigo, es realmente mucho menos inteligente”. O al menos así lo piensa, porque, como buen galo, está inspirado en la fábula del literato francés De La Fontaine titualada “La rana qui quiere ser tan grande como un toro”.
Zapatero ya tiene olvidado el asunto, pues, como buen boxeador dotado de una gran capacidad para encajar los golpes sobre el ring político, acaba siempre con la sonrisa en los labios aunque se trate del adversario de la líder socialista Segolène Royal, a la que Zapatero apoyó durante la campaňa de las últimas elecciones presidenciales francesas.
Que diga lo que quiere, Zapatero está tan convencido de los poderes de Sarkozy que le ve realizando milagros como caminar sobre el agua, curar a los paralíticos, devolver la vista a los ciegos y resolviendo, él solo, la crisis financiera mundial cuyas repercusiones en Espaňa se hacen más que sentir cuando el número de parados está sobrepasando los 4 millones, o sea el 17% de la pobalción, el sector immobiliario sinistrado y el crédito bancario moroso.
Entre polémica y glamour, casi acabaremos olvidando que esta visita de Estado coincide con el XXI anniversario de la cumbre bilateral que tendrá lugar el martes para destacar la excelencia de las relaciones entre los dos países vecinos preocupados por reforzar sus lazos comerciales.
A parte de los asuntos convergentes (interconexiones eléctricas, relaciones con el Maghreb, tráfico de drogas, immigración clandestina, etc) el pivote de estos lazos es la lucha antiterrorista.
La cooperación policiaca contra la organización vasca es tan buena que Paris y Londres desean hacer lo mismo en lo que concierne al crímen organizado o el tráfico de drogas, ya que Espaňa es la puerta de entrada del haschich proveniente de Marruecos, país con el que, por cierto, Zapatero pretende tener unas relaciones tan excelentes como las que tiene con Francia.
Muchos espaňoles se preguntarán qué favores eminentes y extraordinarios hizo Sarkozy a Espaňa para merecer la Orden Real de Carlos III, la más alta distinción civil espaňola otorgada por el Rey Don Juan Carlos de Borbón. La respuesta está ante nuestros ojos : además de la búsqueda de una salida a la crisis y el apoyo de Sarkozy para la participación de Espaňa en la reunión del G-20, está el importantísimo expediente de la lucha contra ETA (162 miembros están encarcelados en Francia, de los cuales 151 son espaňoles)
Resulta curioso cómo unos pocos días antes de la visita del presidente galo, el 18 de abril precisamente, la prensa francesa anunció la captura de Jurdan Martitegi, cuarto jefe militar de la organización vasca, según los medios oficiales. Una operación suficiente para alejar Zapatero de todo estado de ánimo negativo hacia su homólogo. Nada más que desde principios de aňo, 11 etarras fueron interpelados en Francia y 11 en Espaňa, y hace un aňo, el juez Baltasar Garzón, fue galardonado por Nicolas Sarkozy con la medalla de Chevalier de la Légion d’Honneur por su trabajo en este tema.
Es evidente que, como lo afirmaron en varias ocasiones las autoridades francesas, que la lucha contra ETA constituye el eje fundamental en la cooperación entre los dos países, al mismo tiempo que se convirtió en el arma más eficaz para doblegar al gobierno espaňol ante cualquier exigencia francesa.
A cambio, el gobierno espaňol debe garantizar su apoyo a Francia en los diversos temas relacionados a la política francesa en la Unión Europea y sobre todo en Africa. De ahí, la postura de Zapatero con respecto al Sáhara, que estUnUUá obligada de caminar al unísono con el apoyo del Eliseo a la enemistad declarada del gobierno francés hacia la causa del pueblo saharaui. Recuérdese que el veto francés es el que siempre impidió en el Consejo de Seguridad que pase cualquier resolución que condene la ocupación marroquí o la violación diaria de los derechos humanos de la que es víctima la población saharaui en los territorios ocupados de la RASD.
Mientras Zapatero no se pase de este chantaje, su política hacia los saharauis seguirá siendo la misma y seguirá apoyando esa autonomía que nunca tendrá lugar más que en los sueňos de José Luis, Arístegui, Bernabé y compaňía.
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