Marruecos busca el statu quo

El diplomático estadounidense Christopher Ross fue elegido el pasado verano para desenredar este lío en el que se convirtió el Sahara Occidental. Ross fue en un principio seleccionado para esta misión en septiembre, pero tomó varios meses en hacerlo oficialmente, después de que Marruecos obstruyera su nombramiento porque, como la prensa marroquí dice, a partir de ahora, cualquier negociación debera centrarse en cómo aplicar el plan de autonomía de Mohamed VI, y si no es para aplicarlo, el plan marroquí de autonomía debe ser la “única plataforma” para las futuras discusiones, dejando de lado las propuestas del POLISARIO.

Ross hereda un expediente poco envidiable. Marruecos sigue negándose como nunca a aceptar un referéndum que ofrezca la independencia para el territorio, y el Polisario no se contenta de nada que no sea refrendando por el pueblo saharaui. Hasta la fecha, las propuestas de la ONU han sido insatisfactorias para, al menos, una de las dos partes. El referendum propuesto sobre la independencia firmado en 1991 murió cuando el Polisario y Marruecos discreparon sobre quién debe tener derecho al voto en el Sáhara Occidental. En 2001, Marruecos dió su acuerdo a la primera versión del plan Baker, en la que el Sáhara Occidental se convertiría en una región autónoma de Marruecos, pero el Polisario rechazó el plan. En 2003, Baker revisó el plan para incluir autonomía y un referéndum para la totalidad de la población del Sáhara Occidental, incluido los campamentos de refugiados del Polisario en Argelia. El Polisario lo abrazó, como lo hizo el Consejo de Seguridad, pero en ausencia de cooperación por parte de Marruecos, la iniciativa se echó para abajo.

Después de visitar, dos veces, la región del Magreb, Ross dijo que no aceptaría ninguna solución que no contenga la autodeterminación del pueblo saharaui. Esto podría no significar nada. Los Marroquíes afirman que la autodeterminación incluye la autonomía. Y no mencionó ningún tipo de referéndum. Pero por lo menos esta buscando una “solución basada en el principio de autodeterminación” y no apoya la autonomía como Van Walsum. El nuevo enviado de la ONU para el Sáhara Occidental no asume la débil postura del último enviado Peter Van Walsum sobre la autodeterminación.

Oficialmente, Marruecos indicó que quería negociaciones que se basaran en un plan de autonomía que parece poco probable para ser valido. Puede que sólo sea un intento de hacerse el duro, ya que los países occidentales no no se dan cuenta de que Marruecos no está dispuesto para un mayor compromiso; también, conviene recordar que Marruecos esta bastante cómodo con el status quo, y prefiere prolongarlo indefinidamente antes que entrar en terreno diplomático desconocido.

Si el derecho internacional fuera seguido, hallar la solución sería un problema bastante fácil para Ross ya que el Sáhara Occidental está sujeto a las leyes de la comunidad internacional. La Resolución 1514 prohibe el colonialismo e impone una obligación a todos las potencias coloniales para permitir que la población indígena del territorio colonizado vote para elegir su destino en el marco del principio de libre autodeterminación.

Si el Embajador Ross convence las partes involucradas a atenerse al derecho internacional, tendrá el honor de cerrar la puerta del pasado colonial de Africa. El nuevo enviado de la ONU parece haber despertado esperanzas en la comunidad saharaui. Esperemos que dentro de un año, los saharauis no estén todavía reclamando sus derechos y que los refugiados en Argelia estén en su patria.

Pero la realidad es diferente. La triste realidad es que había pocas posibilidades de que las conversaciones en Austria rompieran el estancamiento del proceso de paz, aunque vengan con un nuevo formato. Esto significa que una quinta ronda de negociaciones patrocinada por la ONU esta en la expectativa, pero promete poco progreso de inmediato. Todos los analistas son unánimes : hay pocas perspectivas de avance.

Las últimas reuniones informales entre Marruecos y el Frente POLISARIO han hecho poco ruido. La buena noticia es que todavía hay movimiento. La mala noticia es que estas negociaciones seguirán prolongando el status quo si la comunidad internacional sigue contemplando este conflicto con indiferencia.

Habla de paz y haz la guerra

Es inconcebible que el Frente Polisario de su acuerdo a cualquier arreglo que no conceda el control de los recursos naturales activos a los habitantes del Sáhara Occidental, sobre todo de los fosfatos y la pesca. Estos darían a la pequeña población local buenos ingresos per capita, probablemente por encima de los de Marruecos. ¿Y si el petróleo es descubierto, realmente piensa alguien que Marruecos permitiría al Sáhara Occidental controlar los petrodólares? Inconcebible.

Los militares marroquíes están atrincherados, con mucho peso, en la economía local del Sáhara Occidental. Del contrabando de especies migratorias a los miles de millones de dólares de la industria de pesca, sus manos están en cada parte de esa tarta que es el Sáhara. Mientras el ministerio de Asuntos Exteriores marroquí organiza las giras hablando de la autonomía, el Ministerio de asuntos interiores y las agencias de seguridad aprietan sus tenazas sobre el Territorio. Los informes recientes del Secretario General advierten que Marruecos esta mejorando su arsenal de defensa, ha firmado un acuerdo de pesca con la Unión Europea, que incluye las aguas del Sahara Occidental; Rabat también ha renovado sus contratos de exploración de petróleo con la compaňía Kerr-McGee en áreas de la costa saharaui.

¿Se parece esto a las acciones de un gobierno que contempla la autonomía? Conforme al plan Baker 2001 – el que le gustó a Marruecos – la industria pesquera y la explotación de hidrocarburos serían competencias del gobierno autónomo del Sahara Occidental. Aún Rabat no ha dado ninguna gesto para indicar que está dispuesto a compartir el control del activo económico clave en el Sáhara Occidental.

El hecho de que la autonomía parece tan improbable en el Marruecos de hoy dice mucho sobre dónde va su proyecto de autonomía.

Marruecos ha robado una astucia del libro de Israel: hablar de paz y hacer la guerra. Y espera que la comunidad internacional este demasiado preocupada para notar la diferencia entre la retórica y la realidad. Alguien que piensa que Marruecos permitira algún día a los Saharauis controlar cualquiera de los recursos minerales o marítimos del territorio se equivoca. Nunca lo hara. Como se ha indicado, los militares marroquíes, la élite, y la monarquía han estado, jubilosamente, robando los recursos abundantes del Sáhara Occidental durante más de treinta y cuatro años y no están dispuestos a abandonar su mina de oro.

Convendría recordar que el Sáhara Occidental hoy sería independiente si Marruecos sólo hubiera cumplido con sus promesas que comenzron con el alto el fuego para celebrar un referéndum. Marruecos ha violado sistemáticamente cada acuerdo que ha firmado con el Polisario. Si Marruecos está de acuerdo con una federación, una confederación, o cualquier clase de autonomía, sería extremadamente difícil ceéer que Marruecos respetaría sus compromisos.

Marruecos no es España. Es un país autocrático, empobrecido, un reino profúndamente corrupto, con un coeficiente de educación por debajo del de los paises menos desarrolados, y cuyas exportaciones principales son el terrorismo y el hachís. Considerando el fracaso de Marruecos en el gobierno de su propia gente, es increíble que alguien pensara aún en confiarle más personas (los saharauis). Cualquier acuerdo de autonomía de cualquier género no valdría el precio del papel sobre el que sera firmado.

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