Lamamra deja a Mohammed VI fuera de juego

El jefe de la diplomacia argelina no ve ningún interés en que Marruecos sea invitado a las conversaciones inclusivas intermalienses llevadas a cabo bajo los auspicios de Argelia. 

Ramtane Lamamra pone los puntos sobre las “íes”. El jefe de la diplomacia argelina responde a las gesticulaciones marroquíes cuyo Estado se queja de haber sido aislado por Argelia en lo que concierne el asunto maliense y la búsqueda de la estabilidad en el Sahel. A la pregunta de por qué Marruecos no ha sido invitado a las negociaciones inclusivas entre malienses celebradas bajo los auspicios de Argelia, el ministro de Asuntos Exteriores argelino se pregunta a su vez: “¿En calidad de qué Marruecos debería asistir?”.

“¿Por qué mantener el cliché según el cual Argelia se aplicaría para aislar a Marruecos?”, preguntó de nuevo. “Lo que sé es que durante su visita a Argel el 19 de enero, el jefe de Estado de Malí pidió formalmente al Presidente Abdelaziz Bouteflika que su país facilite el diálogo inter-maliense previsto por el Acuerdo de Uagadugú del 18 de junio “, recordó Ramtane Lamamra como para destacar el clima de paranoia alimentado por Rabat vis-à-vis Argel.

Las gesticulaciones del Majzén han consagrado, ante todo, el fracaso del intento del soberano marroquí de torpedear Argelia. 

El heredero de Hassan II había efectuado una visita de Estado a Malí en el pasado mes de febrero, con la intención de cortocircuitar las negociaciones de paz inter-malienses que al final se soldaron con la firma de dos documentos llamando a instaurar la paz entre las partes en conflicto.

“Marruecos pretende disputar contra Argelia, su histórico rival, su papel de tradicional mediador entre el gobierno de Bamako y los rebeldes tuareg. Es en Argel que se firmaron diversos acuerdos de paz con las rebeliones anteriores en los años 1990 y 2000”, escribió la prensa marroquí. 

El rey de Marruecos que no escatima ningún esfuerzo para jugar un papel de primer plano en la resolución del conflicto maliense.

El soberano marroquí recibió 31 enero del 2014, en el Palacio Real de Marrakech, a Bilal AG Cherif, secretario general del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA). “Esta audiencia se inscribe en el marco de los esfuerzos sostenidos y permanentes de Su Majestad el Rey, con el fin de instaurar la paz duradera y la estabilidad en este país hermano y para contribuir a una solución de la crisis maliense y ello desde su inicio en enero del 2012”, afirmó un comunicado de prensa del gabinete real, que hizo saber que “el soberano reiteró la preocupación constante del Reino de Marruecos para preservar la unidad territorial y la estabilidad de la República de Malí, y la necesidad de contribuir a una solución y a un compromiso que permitirían luchar contra los movimientos integristas y terroristas que amenazan tanto los países del Magreb como la región del Sahel y el Sáhara, y para favorecer el desarrollo y la dignidad del pueblo maliense hermano en la concordia entre el conjunto de sus componentes “.

Cuando se conoce el papel desempeñado por el Mujao (Movimiento por la Unicidad y la Yihad en África Occidental) en el intento de desestabilizar a Malí, se puede ver la mala fe en esta acción. Este movimiento salido directamente de los laboratorios de los servicios marroquíes tenía, en efecto, como misión hundir toda la subregión en la inestabilidad y la inseguridad con el fin de provocar una intervención extranjera en el Sahel. Lamamra pasdó por ahí para hacer fracasar ese plan diabólico …

L’Expression, 07/08/2014