Trípoli, 24 ago (EFE).- El nuevo Parlamento libio surgido de las elecciones del pasado 25 de junio anunció la reanudación de sus actividades a partir de mañana, en medio de la oleada de violencia por parte de las milicias que rechazan su legitimidad.
Según Omar Ahmiden, portavoz del Parlamento que ha reemplazado al antiguo Congreso General Nacional (CGN), se reunirá con “urgencia en Trípoli para salvaguardar la soberanía del país”.
El anuncio se produce después de que los islamistas indicaran que han retirado su confianza al Parlamento.
En un comunicado, el Parlamento libio calificó anoche de “terroristas” a los grupos armados de Misrata, que cuestionan su legitimidad, y afirmó su intención de combatirlos.
“Los grupos de Fayer y Ansar Al Sharia son grupos terroristas y fuera de la ley que se alzan contra el poder legítimo”, señaló el comunicado.
Asimismo, el Parlamento aseguró que está dispuesto a hacer frente a estos dos grupos.
“Estos dos grupos son un objetivo legítimo para el Ejército Nacional, que apoyamos con fuerza para que siga su combate hasta obligarlos a cesar las matanzas y a entregar sus armas”, añadió la nota.
Fayer (Amanecer) es una coalición de milicias procedentes principalmente de Misrata, situada a 170 kilómetros al este de Trípoli, que se enfrenta desde el pasado 13 de julio a las fuerzas de Zintán, a 200 kilómetros al suroeste de la capital.
El grupo armado Fayer se hizo anoche con el control del aeropuerto internacional de Trípoli, así como la sede del Estado Mayor, tras un mes de violentos combates contra milicianos nacionalistas de Zintán.
Asimismo, atacó la cadena de televisión privada Al Asima y se hizo con todos sus materiales.
Durante los combates en torno al aeródromo de la capital, más de doscientas personas perdieron la vida.
Paralelamente, Bengasi, la segunda ciudad libia, a 1.000 kilómetros al este de Trípoli, fue escenario de duros combates entre fuerzas paramilitares del general sublevado Jalifa Hafter y fuerzas islamistas de Ansar Al Sharia.
Dicha milicia, considerada “terrorista” por Estados Unidos, controla aproximadamente un 80 por ciento de la ciudad de Bengasi.
En los enfrentamientos registrados ayer en el barrio de Buatni, en Bengasi, entre las fuerzas islamistas Al Saiqa y los paramilitares de Hafter, murieron 8 soldados y otros 35 resultaron heridos.
Hafter lanzó el pasado mayo una campaña militar, bautizada como Al Karama (Dignidad), en esa ciudad con el objetivo de acabar con los islamistas y los terroristas en el país magrebí.
El pasado 13 de agosto, el Parlamento solicitó una intervención inmediata de la ONU para proteger a los civiles ante el continuo deterioro de la seguridad en Trípoli y Bengasi.
Esa decisión causó una gran polémica en las calles por parte de manifestantes islamistas, que no representan la mayoría de los asientos en el Parlamento.
Las mismas milicias islamistas acusaron ayer al Parlamento de ser cómplice con el Gobierno provisional de ataques que, según ellos, fueron lanzados por Egipto y los Emiratos Árabes Unidos contra sus posiciones en Trípoli.
Desde la caída del antiguo régimen de Muamar al Gadafi, en 2011, las autoridades provisionales han fracasado en su objetivo de restablecer el orden y la seguridad en el país.