El gobierno marroquí ha decidido aplicar las pruebas de alcoholemia para reducir los riesgos de accidentes de tráfico. En Marruecos, el 15% de los accidentes de tráfico se debe al consumo de alcohol.
La noticia suscita mucha polémica en un país donde el rey es teóricamente el Comendador de los Creyentes, y éstos se supone que no beben alcohol, ya que está prohibido por la religión. Desde julio de 1967, hay una Ley Dahir que prohíbe vender o dar bebidas alcohólicas alcohol a los musulmanes marroquíes. Pero esta ley es violada a diario por el mismo estado que tolera la producción y el consumo en total impunidad. Una contradicción denunciada por los círculos religiosos.
El colmo es que la nueva ley es un reconocimiento oficial de que algunos musulmanes marroquíes beben alcohol. Además, es un alcohol Made in Morocco. “Entonces, estas pruebas de alcohol destaparían esta realidad y además, suponen en cierta manera una autorizacióm al consumo de alcohol ya que la tolerancia es de 0,2 gramos por litro. Y eso molesta”, indica una emisión de la RTBF, la televisión belga, añadiendo que “esto saca a la luz la relación ambigua existente entre los marroquíes y el alcohol”.
Según la emisión, hay voces en Marruecos que “hablan de hipocresía porque, por un lado, está estrictamente prohibido tomar alcohol cuando se es un musulmán en lugares públicos. Puedes incurrir hasta incluso 6 meses de prisión”, mientras que” cada año, más de 130 millones de litros son consumidos “y el alcohol es una fuente importante de ingresos. “El alcohol genera anualmente € 400 millones en volumen de negocios. Esto es mucho para un país como Marruecos. Equivale, para hacerse una idea, a un tercio del presupuesto del Ministerio de Salud”. “Se comprende, entonces, señala la emisión, por qué hay una cierta tolerancia en torno al consumo de alcohol, y tal vez incluso una política de avestruz. Las estadísticas sobre el comportamiento de los marroquíes con relación al alcohol, los casos de alcoholismo declarados simplemente no existen. Y eso que el problema es real”.
Bajo el título de “Los alcoholímetros aparecen en Marruecos”, Le Vif Express denuncia la hipocresía de una sociedad obligada por el sistema a aceptar costumbres que no son suyas.
“Aunque hay una ley religiosa que prohíbe la venta de alcohol a los musulmanes y penas de prisión para cualquier persona hallada en estado de embriaguez, esta legislación casi no es aplicada. En la realidad, en Marruecos compra bebidas alcohólicas e incluso se pueden encontrar en los supermercados”, escribe el periódico.
“La mayoría de los volúmenes de negocio se hace gracias a la venta de alcohol. El Estado impone un impuesto elevado y son los marroquíes los que más consumen”, declaró un empleado de una gasolinera al portal Maghress. Los marroquíes consumen una media de 1,5 litros de alcohol por habitante. Y este consumo va en constante aumento, especialmente entre los jóvenes.
Le Vif revela que Marruecos produce más de 40 millones de litros convertiéndose así en el mayor productor de alcohol en el mundo árabe. Esta producción no está destinada exclusivamente a la exportación. Al contrario, la gran mayoría se consume en Marruecos.
Gracias a esta controvertida producción, el Estado marroquí registra cada año un ingreso de 100 millones de euros en impuestos y el negocio de la industria de bebidas alcohólicas genera alrededor de 400 millones de euros.