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Tres marroquíes mueren por una mina en el Sáhara Occidental ocupado, donde no pueden actuar las organizaciones internacionales de desminado

Las minas dispersas en el Sáhara Occidental, especialmente a lo largo del muro marroquí, se han cobrado otras tres vidas, en esta ocasión la de unos trabajadores marroquíes que iban a una obra en la carretera que une la ciudad de Smara con una comunidad de campo. A pesar de ser uno de los territorios más minados del mundo, las organizaciones internacionales de desminado siguen sin poder actuar en la parte de la excolonia española que ocupa Marruecos.
El Land Rover en el que se trasladaban los tres marroquíes tocó una mina antitanque que destrozó el vehículo y mato a dos operarios y a un encargado de obras. El accidente ocurrió en la zona de Agdaria, al este Smara, sin que se tuviera constancia de la existencia allí de minas, por lo que no existen indicaciones de peligro ni hay consciencia del mismo entre la población, según la organización “Dales Voz a las Víctimas”.
En lo que va de año, dos pastores saharauis han perdido la vida en las cercanías del Muro Marroquí en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, a consecuencia de minas antipersona. El 23 de abril un pastor murió a 30 kilómetros de Smara y el 25 de agosto otro a 50 kilómetros de Bojador, ambos desangrados por las severas amputaciones que sufrieron. En la zona bajo control del Frente Polisario, el 28 de enero otra mina antitanque destrozó el vehículo 4×4 en el que viajaban 3 cineastas, que milagrosamente no sufrieron daños personales. Otros dos pastores saharauis sufrieron amputaciones severas por la explosión de minas, uno el 26 de febrero en Geltra Zemur y otro el 11 de marzo en Mehriz.
Según la ONG británica “Action on Armed Violence” (AOAV) el Sáhara Occidental es “uno de los territorios más minados del mundo” y se calcula que hay más de 7 millones de minas, además de grandes cantidades de restos explosivos de guerra y municiones en racimo. La mayor parte de las minas están enterradas a lo largo del muro marroquí. La fuerza destructiva de las minas afecta directamente a la población civil, especialmente a los niños, que cada año sufren lesiones, amputaciones y muerte por accidentes relacionados con las minas y restos explosivos de la guerra entre El Frente POLISARIO y Marruecos, que llegaron a un alto el fuego que entró en vigor en 1991.
En la página de la campaña internacional “Juntos para derribar el muro” se relata que AOAV empezó a localizar y remover las minas, bombas de racimo y otros restos explosivos de guerra en la parte del Sáhara Occidental bajo control del F. POLISARIO en 2006. Posteriormente realizó un estudio sobre las zonas peligrosas y entre 2008 y 2011 llevó a cabo sus primeras operaciones de retirada de minas; de 2011 a 2013 efectuó operaciones de remoción de minas utilizando el desminado tanto manual como mecánico. Se han limpiado más de 27.300 millones de metros cuadrados de las áreas contaminadas y más de 23.239 artefactos peligrosos (incluidas minas y bombas de racimo) han sido destruidos. En total, 136 áreas desminadas han sido entregadas a la comunidad local.
Pero esta labor de desminado solo se ha podido hacer en la parte este del muro, en las zonas que los saharauis llaman liberadas. El Frente POLISARIO se adhirió al Geneva Call, tratado alternativo para los países no reconocidos formalmente por la comunidad internacional por ser considerados Territorios No Autónomos pendientes de Descolonización, pero el Reino de Marruecos no firmó ni el Tratado Internacional de Prohibición de Minas y ni la Convención de Municiones en Racimo, por lo que las organizaciones internacionales de desminado no pueden actuar en el territorio saharaui que ocupan los marroquíes.
Dentro de la campaña “Juntos para derribar el muro”, “Together to remove the wall”,acordada en la 38ª Conferencia Europea de Coordinación y Apoyo al Pueblo Saharaui (EUCOCO) celebrada en Roma en noviembre del pasado año, el 10 de octubre próximo partirá de Madrid un viaje-denuncia, en el que los participantes llegarán desde Tinduf hasta la construcción militar marroquí por la zona controlada por el Polisario.
El viaje, organizado por CEAS-Sáhara, se centrará en el conocimiento del muro y en el trabajo de organizaciones saharauis de víctimas de las minas. También habrá encuentros con dirigentes polisarios y otras actividades para conocer la realidad en los campamentos de refugiados.
El muro marroquí, construido en seis fases entre agosto de 1980 y abril de 1987, es un conjunto de muros de arena y piedra de entre dos y tres metros de altura, y se extiende a lo largo de puntos topográficos elevados en todo el territorio saharaui. Está protegido por bunkers, zanjas, parapetos, trincheras, alambradas, minas y sistemas electrónicos de detección y defendido por más de 160.000 soldados marroquíes. Cada 5 kilómetros hay una base militar de alrededor de 100 soldados y cerca de cuatro kilómetros detrás de cada punto de observación hay otro puesto con una fuerza de intervención rápida, con vehículos blindados, tanques, etc. Distintos grupos de radares fijos y móviles, de un alcance de entre 60 y 80 kilómetros, están colocados a lo largo del muro.
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