El problema de los Rohingyas puso de relieve el tena de la apatridia. El ACNUR publicó el 3 de noviembre pasado un nuevoinforme alertando “sobre la discriminación, la exclusión y la persecución que constituyen el pan de cada día para muchos apátridas del mundo, y exige medidas inmediatas para garantizar la igualdad de acceso al derecho a la nacionalidad para todas las personas”.
La apatridia es el estatuto reservado por la administración española a cualquier saharaui que llega de los campamentos de refugiados ubicados en Argelia. A pesar de que eran ciudadanos españoles hasta 1975, y a pesar de que España no les dió la ocasión de elegir entre conservar la nacionalidad española u optar por la marroquí, Madrid adoptó una medida discriminatoria e ilegal respecto a los saharauis.
Del problema de la apatridia se hizo eco Antonio Guterres, el SG de la ONU. En un tweet envíado hoy dijo que “la apatridia puede llevar a la marginación, la discriminación, la pobreza y la inestabilidad. Los derechos de minoría son derechos humanos”.
Los saharauis no son una minoría étnica. Qué son entonces en los criterios del gobierno de España?
Statelessness can lead to marginalization, discrimination, poverty and instability. Minority and nationality rights are human rights. #Ibelong https://t.co/Xzfta4l4Hb— António Guterres (@antonioguterres) 27 de diciembre de 2017
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