El ejército ante un verdadero dilema
El Consejo Constitucional constata oficialmente “la vacante permanente de la Presidencia de la República de conformidad con el apartado 4 del artículo 102 de la Constitución” y “comunica al Parlamento el acta de la declaración de la vacante definitiva de la Presidencia de la República”. Esto es lo que la institución presidida por Tayeb Belaïz anunció al final de su reunión de ayer miércoles.
Kamel Amarni – Argel (Le Soir) – Los eventos se aceleran el día después de la dimisión oficial de Abdelaziz Bouteflika de su cargo de Presidente de la República el martes por la noche. Por lo tanto, el Consejo Constitucional habrá cumplido su misión, como la puesta de una carta en la oficina de correos, hasta que el Parlamento haga lo mismo.
En esta etapa, la de la constatación de la vacante de la presidencia de la República, ya no es una simple formalidad, ya que Bouteflika ha iniciado el proceso con la presentación de su dimisión, bajo presión popular, sino también, tras un verdadero “golpe de Estado pacífico” dirigido por Gaïd Salah, el pasado martes.
Esta salida pesada, decidida y pública de la institución militar que precipitó la salida de Bouteflika impulsa al jefe del ejército, el teniente general Ahmed Gaïd Salah, a convertirse en el nuevo hombre fuerte del país. Y a través de él, toda la institución está llamada a desempeñar un papel decisivo en todo el proceso iniciado el 2 de abril para la sucesión de Abdelaziz Bouteflika.
Un proceso que no será tan fácil de completar, a pesar de la claridad de las disposiciones constitucionales pertinentes, en particular el artículo 102. Este artículo estipula que, tal como están las cosas en la actualidad y la configuración institucional tal como la dejó Bouteflika, es el Presidente del Senado, Abdelkader Bensalah, quien será responsable de actuar como Presidente de la República por un período de tres meses, mientras que el gobierno de Noureddine Bedoui sigue hasta que se elija un nuevo Presidente (Artículo 104).
Sin embargo, la calle, ahora inevitable, rechaza enérgicamente estas opciones que, en caso de rechazo general y persistente, agravarán la crisis política que ya es bastante complicada.
Según fuentes fidedignas, Ramtane Lamamra se negó la semana pasada a ser propulsado al Senado en previsión de la dimisión de Bouteflika y, por lo tanto, asumir el cargo interino en cuestión.
Esta opción, la de nombrar a un sustituto de Abdelkader Bensalah al frente del Senado, no se puede descartar, sobre todo porque no es inconstitucional. Todo lo que se necesita es que los miembros del Senado elijan un nuevo presidente para su institución. Esto no es posible, en lo que respecta al Gobierno, que no está autorizado por ninguna disposición constitucional a cambiar o modificar a partir de la fecha de la dimisión de Bouteflika.
Sin embargo, el ejército, a través de su Jefe de Estado Mayor, ha dejado claro en varias ocasiones que no aceptará ninguna otra solución o medida que no esté dentro del “marco exclusivo de la Constitución”. ¿Y si entonces el gobierno beduino es fuertemente disputado? Es en este nivel donde reside el verdadero reto de la era post-Bouteflika, y que sin duda aumentará el papel del ejército, que ahora es un actor político directo e incluso el más importante en la escena.
¿Utilizará la institución militar toda su influencia para imponer el estricto respeto a la Constitución, y en este caso avanzar hacia una elección presidencial en un plazo de tres meses, con el personal político actualmente a cargo de esta breve transición, aunque sea impugnada, o impulsará hacia otro resultado, político, “consensual”, pero que necesariamente será inconstitucional?
K. A.
Le Soir d’Algérie, 4 abr 2019
Tags: Argelia, artículo 102, Gaid Salah, Bouteflika, ejército, transición,
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