Editorial. El veredicto emitido el domingo 28 de abril por los españoles es el de una democracia dinámica y un sistema de partidos políticos en plena mutación.
Victoria de las fuerzas moderadas, fuerte movilización del electorado, empuje de la izquierda pero ausencia de mayoría absoluta que abre el camino a múltiples coaliciones: el veredicto emitido el domingo 28 de abril por los españoles, llamados a renovar su Parlamento por tercera vez en cuatro años, es el de una democracia dinámica y un sistema de partidos políticos en plena mutación.
El ganador de la encuesta es Pedro Sánchez, de 47 años, primer ministro saliente y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), quien ha recuperado el terreno perdido durante once años y pasa de los 85 escaños obtenidos en 2016 a 123 en el futuro Congreso, con 28.7% de los votos; El PSOE también está progresando en Cataluña e incluso tendrá una mayoría absoluta en el Senado. Es un éxito personal para el joven líder y el giro social que le ha impuesto a su partido.
Mientras que el vecino Portugal está llevando a cabo con éxito un nuevo experimento socialdemócrata, la Península Ibérica, contra la corriente, está a punto de revitalizar a una izquierda reformista que está declinando en casi todos los rincones de Europa. Más a la izquierda, Podemos sufre el ascenso del PSOE y pasa de 71 a 42, pero sigue siendo una formación importante en el juego de las posibles coaliciones.
Dos opciones principales
El resultado más espectacular de estas elecciones, sin embargo, es el colapso del Partido Popular (PP), el partido de la derecha clásica. Atacado al mismo tiempo por el partido de extrema derecha Vox y los centristas de Ciudadanos, debilitado por los casos de corrupción, sufrió una debacle histórica al perder, con el 16.7% de los votos, 4 millones de votos y más de la mitad de sus escaños en el Congreso, donde tendrá solo 66 diputados.
La derecha española sale muy fragmentada de esta elección. En el centro, Ciudadanos avanzó de 32 a 57 escaños (de 13.1% a 15.8% de los votos), pero no logró ganar el liderazgo en el PP. En cuanto a Vox, el partido de extrema derecha logró ingresar en el Parlamento, donde ocupará 24 escaños, y puede presumir de haber dinamitado al PP; pero, con apenas más del 10% de los votos, su ascenso en la escena nacional sigue siendo limitado y ha servido significativamente a la movilización de la izquierda.
Dos opciones principales están abiertas para que Pedro Sánchez forme un gobierno de coalición, que probablemente no se concluirá antes de la nueva elección del 26 de mayo. Lo más cómodo sería una coalición reformista PSOE-Ciudadanos que, con 180 escaños, garantizaría al gobierno una mayoría absoluta estable en el Parlamento.
También permitiría una real recomposición del panorama político español, demasiado tiempo atrapado en una confrontación entre la izquierda y la derecha con formaciones heterogéneas. La mayoría de los analistas consideran esta opción muy improbable, ya que el jefe de Ciudadanos, Albert Rivera, a priori excluido, prefiere privilegiar su ascenso a la derecha.
La otra opción es la de la alianza de la izquierda con Podemos, pero no basta con tener la mayoría absoluta, que deberá obtenerse con varios partidos regionales pequeños. Fuente de inestabilidad crónica, esta opción sitúa la cuestión catalana en el centro de la política española.
Aquí también, el mensaje de los votantes sugiere una posible apertura: los independentistas llegan con fuerza, pero es la tendencia pragmática la que prevalece sobre la corriente más radical. Es de esperar que, en futuras negociaciones, los líderes de los partidos españoles y catalanes no sacrifiquen esta oportunidad de avanzar en la resolución de una gran crisis.
Dos opciones principales están abiertas para que Pedro Sánchez forme un gobierno de coalición, que probablemente no se concluirá antes de la nueva elección del 26 de mayo. Lo más cómodo sería una coalición reformista PSOE-Ciudadanos que, con 180 escaños, garantizaría al gobierno una mayoría absoluta estable en el Parlamento.
También permitiría una real recomposición del panorama político español, demasiado tiempo atrapado en una confrontación de izquierda a derecha con formaciones heterogéneas. La mayoría de los analistas consideran esta opción muy improbable, ya que el jefe de Ciudadanos, Albert Rivera, a priori excluido, prefiere privilegiar su ascenso a la derecha.
La otra opción es la de la alianza de la izquierda con Podemos, pero no basta con tener la mayoría absoluta, que deberá obtenerse con varios partidos regionales pequeños. Fuente de inestabilidad crónica, esta opción sitúa la cuestión catalana en el centro de la política española.
Aquí nuevamente, sin embargo, el mensaje de los votantes sugiere una posible apertura: los separatistas pasan a la fuerza, pero es la tendencia pragmatista la que prevalece sobre la corriente más radical. Es de esperar que, en futuras negociaciones, los líderes de los partidos español y catalán no sacrifiquen esta oportunidad de avanzar en la resolución de una gran crisis.
Le Monde, 29/04/2019
Tags : España, elecciones generales, PSOE, PP, C’s, Unidas Podemos, Vox, resultados, voto,
Soyez le premier à commenter