WASHINGTON – El ex presidente alemán Horst Kohler decidió retirarse de su papel como enviado de la ONU para el Sahara Occidental después de veinte meses de intensa mediación que le vieron dar un nuevo impulso al proceso de paz de la ONU para la solución del conflicto.
El miércoles, las Naciones Unidas anunciaron su dimisión por motivos de salud, una decisión tomada después de un conversación por teléfono con el Secretario General Antonio Guterres.
La ida del ex presidente alemán, de 76 años, era de hecho previsible: “no se encontraba en una situación cómoda y no es su estilo”, confió a APS una fuente cercana al expediente.
Su dimisión responde a un problema de salud, pero “el doble juego de Marruecos” sin duda habría fortalecido su convicción de renunciar a su misión de mediación.
Con la ida del Sr. Kohler, el Sahara Occidental habrá consumido cuatro mediadores después de los dos estadounidenses James Baker y Christopher Ross y el holandés Peter Van Walssun.
Su nombramiento, conviene señalarlo, tuvo lugar en un contexto difícil, caracterizado por el bloqueo del proceso de la ONU que tuvo que tenía que reanimar.
Pero respaldado por la experiencia de más de 35 años en el seno de su gobierno y de organizaciones internacionales, el enviado personal de Guterres logró sobrepasar el primer desafío, el de volver a colocar sobre los railes el proceso político después de seis años de bloqueo de las negociaciones entre el Frente Polisario y Marruecos.
Expeditivo, Kohler organizó el pasado mes de diciembre una primera mesa redonda en Ginebra a la que invitó a las dos partes en conflicto y a los dos países vecinos, Argelia y Mauritania.
A esta reunión inicial siguió una segunda mesa redonda celebrada también en Suiza bajo los auspicios de las Naciones Unidas. El objetivo es “consolidar la dinámica positiva creada por la primera reunión y comenzar a abordar las cuestiones más sustanciales”.
Político prudente, el ex emisario reconoció al final de esta segunda reunión que la tarea no era fácil y que no se debe “esperar un resultado rápido porque las posiciones siguen fundamentalmente divergesntes”.
Al mismo tiempo, declaró que “verdaderos esfuerzos” por parte de los dos protagonistas eran necesarios para crear la confianza que falta en el progreso de las negociaciones.
A este respecto, Marruecos no ha cooperado rechazando las medidas de fomento de la confianza en las que hizo hincapié el emisario Horst Kohler, especialmente las relativas al desminado y la reanudación de las visitas entre las familias saharauis.
Después de Ginebra, Kohler quiso observar un alto antes de lanzar una tercera ronda de discusiones, según la misma fuente.
El enviado personal, que parece estar insatisfecho con el ritmo impuesto por algunos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, quiso tomarse el tiempo necesario para asegurarse de que todo el mundo está a bordo y remando en la misma dirección.
Kohler, quien evocó “soluciones innovadoras” al conflicto durante su última declaración de prensa ante el Consejo de Seguridad, preveía celebrar la tercera reunión en septiembre, mientras que una agenda paralela apostaba por un plan de paz atado hasta antes de octubre.
Además, el ex presidente alemán no ha escapado a los obstáculos impuestos a su predecesor, Christopher Ross, que le impidieron consolidar su misión de mediación.
Trabado en su libertad de movimiento, se le negó el acceso a los interlocutores saharauis en los territorios ilegalmente ocupados por Marruecos.
El Secretario General no falló en señalar estos obstáculos en su último informe sobre el Sáhara Occidental, lamentando el hecho de que a la Minurso se le impida “cumplir con esta parte de su mandato de brindar asistencia a su enviado personal”. .
Marruecos ya saboteó en el pasado los esfuerzos de otro enviado estadounidense en 2004 cuando rechazó el plan de paz propuesto por James Baker, que mantenía el principio de autodeterminación exigiendo la celebración de un referéndum al cabo de cinco años de su puesta en práctica.
El miércoles por la noche, el Frente Polisario expresó su tristeza por esta dimisión, instando al “Secretario General de las Naciones Unidas a actuar rápidamente para nombrar a un nuevo enviado personal, que comparta la convicción, la estatura y la determinación del Presidente Kohler”.
APS
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