Entre los aspectos de la monarquía medieval marroquí se encuentra la hipocresía como elemento de base para cumplir las órdenes de sus señores imperialistas. Miente a su pueblo sobre la prsunta “liberación del Sáhara” y al mismo tiempo financia la colonización de Ceuta y Melilla ofreciéndole medios para que las ciudades españolas se prevean de la economía necesaria para prescindir de las subvenciones de Madrid.
Fuente : El Mundo, 1 sept 2019
Fronteras de España y Europa
Es ominoso el silencio de Borrell, ministro de Sánchez, sobre el acoso marroquí a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla
Aún le queda tiempo a Borrell, antes de incorporarse a su enésimo cargo público, de explicar su silencio, que dura ya 13 meses, ante la clausura irreversible de la única aduana terrestre entre España y Marruecos, decidida unilateralmente por la autocracia alauí el 1 de agosto del año pasado. Desde entonces, la importación de mercancías sólo se puede hacer a través del puerto de Beni Enzar, lo que supone de facto la asfixia del puerto de Melilla, pulmón económico de la ciudad, dejando sin efecto el acuerdo de 1956 entre Mohamed V y Franco, justo después de la independencia marroquí. Nada, salvo anunciar la creación de un grupo de trabajo bilateral, cuyos avances se desconocen, ha dicho Borrell. Aún.
Ignacio Cembrero, desde El Confidencial, se ha convertido casi en el único periodista de la prensa española que informa con cierta asiduidad sobre el abandono gubernamental de sus dos principales enclaves en el norte de África. Porque el acoso no se reduce a Melilla. Afecta también a Ceuta.
Desde la llegada al trono de la dinastía alauí en 1664, la reivindicación de las dos ciudades se convirtió en una constante política que sirve, igual que la del Sáhara Occidental, como elemento de cohesión interna frente a un supuesto Estado colonizador, ignorando conscientemente que Ceuta y Melilla son ciudades españolas antes de que Marruecos existiese como Estado. Cuando se quieren ocultar las miserias propias es fácil recurso echar mano de un enemigo exterior. Por eso, para que no trasciendan los vergonzosos contrastes entre la extrema pobreza de la población con los excesos de la familia real, la falta de libertades, el incremento de la represión en el Rif y el atraso de un país cuyos jóvenes no ven más perspectivas que una patera, Mohamed VI ha decidido celebrar sus 20 años de reinado anunciando el fin de la economía irregular (léase contrabando) entre ambas ciudades y Marruecos. Siendo absolutamente inaceptables las condiciones que sufren las porteadoras de Ceuta, la medida significaría su asfixia económica, objetivo último marroquí. Este estrangulamiento, explica Cembrero, “podría frenarse si, como hizo Canarias en 1991, renunciasen a ser puerto franco y solicitasen su ingreso en la Unión Aduanera Europea”, lo que “convertiría sus fronteras en euro-marroquíes en lugar de hispano-marroquíes”.
El silencio de Borrell, ministro de Sánchez, es ominoso. Más en un país (en proceso de disolución nacional) que en 1978 dejó abierta la posibilidad en su Constitución de ceder territorios si así lo decide una mayoría simple del Congreso (art. 94.1. c).
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