Por qué España se ha vuelto ingobernable

Procedimiento de votación, efectos de la crisis de 2008, casos de corrupción, migrantes, independentismo catalán, usura de los grandes partidos: la situación de bloqueo total de las instituciones en España es el resultado de múltiples factores. El 10 de noviembre se celebrará la cuarta elección general en cinco años.

Un modo de votación que bloquea

El Gobierno español se forma a partir de los resultados de las elecciones legislativas. Los 350 diputados son elegidos en 50 circunscripciones (las provincias) por votación de lista (excepto los dos enclaves marroquíes). Se fija un número para cada una, de 3 a 37 para la región de Madrid, y se aplica la proporcionalidad. Así pues, en las grandes circunscripciones, el umbral mínimo del 3% de los votos basta para obtener un escaño, cuando, en las pequeñas circunscripciones, un resultado del 25% puede equivaler a 0 votos.

Contrariamente a los escrutinios mayoritarios franceses o británicos, este sistema, basado en los modelos alemán y belga, privilegia la representatividad a la aparición de una mayoría. Funcionó porque de 1982 a 2015, dos grandes partidos, el PSOE (izquierda) y el PP (derecha), dominaban ampliamente el paisaje político – excepto en el País Vasco y en Cataluña, donde los partidos regionalistas encabezan la lista.

La aparición de nuevos partidos

Amplificada por una burbuja inmobiliaria y el endeudamiento masivo de los hogares españoles obsesionados por el acceso a la propiedad, la crisis de 2008 se tradujo en planes de austeridad drásticos, dirigidos inicialmente por los socialistas. A su izquierda, emergió Podemos, un partido a veces comparado con La Francia Insumisa, pero pro-europeo.

A la derecha, desde que los conservadores volvieron al poder en 2011, después de siete años y medio de socialismo, han estallado los casos de corrupción masiva en la cumbre del Partido Popular (PP). Un partido rival, Ciudadanos, se ha constituido, marcando también su diferencia en las cuestiones de sociedad (vínculo cortado con la iglesia). Por último, en 2018, la extrema derecha regresó finalmente después de su desaparición post-franquista en los años 1970: el partido Vox aprovechó la afluencia de migrantes a las costas y los errores judiciales ultraminoritarios pero muy meditados en la aplicación de la ley contra la violencia conyugal para pasar del 1% al 10% en ocho meses.

La cuestión catalana

En un país muy federal, los partidos regionalistas catalanes y vascos, pero también los más pequeños (Canarias, Baleares, Navarra, Galicia, Levante, Asturias) siempre han sido miembros del Parlamento. Aparte de dos elegidos de las Baleares, nunca han participado en gobiernos, pero a veces han impedido a los dos grandes de arrebatar mayorías absolutas.

Alimentado por el sentimiento de hartazgo fiscal, por la negativa de la derecha a conceder más autonomía a la rica Cataluña, por las decisiones judiciales de encarcelar a los electos, el aumento del independentismo catalán ha radicalizado los partidos regionales. En 2018, los catalanes con el apoyo de los vascos derrocaron al gobierno de Mariano Rajoy. En 2018, los catalanes, con el apoyo de los vascos, derrocaron al gobierno de Mariano Rajoy(derecha), que desde 2015 sólo dirigía los asuntos corrientes. La cuestión no está resuelta. Todos juntos, estos partidos pesan más de lo que representan a nivel nacional gracias al sistema de escrutinio regionalizado (entre 35 y 40 diputados).

Coaliciones imposibles

España, joven democracia a escala europea (43 años), no tiene esta cultura a nivel nacional. En ocasiones, los partidos minoritarios regionales más pequeños han apoyado a un partido dominante, pero es inconcebible que los dos partidos principales, el Partido Popular (PP, conservadores) y el Partido Socialista gobiernen juntos.

Sin embargo, aparte de la creación de un salario mínimo interprofesional por la izquierda, los dos grandes partidos han llevado a cabo políticas de inspiración más bien liberal. AVE, aeropuertos, carreteras: privatizaron. Reformaron en continuidad las pensiones, el código del trabajo. Ambos son decididamente pro-europeos, al igual que los recién llegados.

Pero la fractura en el electorado es profunda en cuestiones mucho más sensibles más allá de los Pirineos que en Francia: los temas de sociedad (aborto, matrimonio para todos), la laicidad, la memoria de la época franquista y de la guerra civil (1936-1939), el lugar de la mujer, la enseñanza. Lo de “al mismo tiempo” todavía no es posible.

Cómo salir de esto

En la próxima legislatura se abrirá el debate sobre un nuevo método de votación que pueda liberar a las mayorías. Mientras tanto, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ya está pidiendo a los electores que regresen al PSOE.

Su rival de derecha Pablo Casado (PP) recordó desde el principio que el partido popular era el único capaz de hacer ganar la derecha. Por el momento, las primeras encuestas les dan la razón. Un estudio económico estima que esta inestabilidad gubernamental ha provocado la pérdida de 200.000 puestos de trabajo en el país, en particular en las obras públicas. Y eso a pesar de un crecimiento más fuerte.

La perspectiva es muy sencilla: o los electores deciden volver a un voto bipartidario y envían menos electos de Podemos (42) y Ciudadanos (56) a la Asamblea, lo que puede permitir reconstruir partidos dominantes. O es el statu quo y el callejón sin salida.

Fuente : L’Est Républicain, 23 sept 2019

Tags : Espagne, scrutin, démocratie, PSOE, PP, Podemos, C’s, Cataluña, Catalunya,

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