Antecedentes históricos
Canarias ha carecido a lo largo de casi toda su historia de una bandera que representara al conjunto de islas que componen su territorio. Los primeros testimonios de enseñas relacionadas con Canarias son los estandartes representados en las ilustraciones de los manuscritos de las dos crónicas sobre la conquista de las islas por los normandos Jéan de Béthencourt y Gadifer de La Salle, conocidas por el título común de Le Canarien.
Cuando posteriormente se emprendió la anexión del archipiélago a la Corona de Castilla, la empresa fue llevada a cabo bajo las banderas y pendones de la Monarquía castellana o de los nobles y jefes militares que acometieron la conquista en nombre de los reyes o del suyo propio. Hay que señalar que, de los llamados “Pendones de la Conquista” que se conservan en Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y La Palma, sólo el de Gran Canaria tiene visos de ser contemporáneo a la época que se les atribuye.
Como muestra de su vinculación con la Monarquía, en las principales ciudades del Archipiélago existieron estandartes o guiones reales, tales como la denominada “bandera general”, que el regidor Pedro de Vergara entregó al alférez mayor de Tenerife Francisco de Valcárcel el 17 de enero de 1561, “de tafetán blanco y azul y amarillo e con una cruz colorada”, coincidiendo los tres primeros colores con los de la actual bandera canaria, lo que a falta de otros datos sólo puede calificarse de asombrosa casualidad histórica. El mismo alférez mayor recibió unos días más tarde el estandarte real, de tafetán rojo y punta larga, que tenía por un lado la imagen de la Virgen de Candelaria (patrona de Tenerife) y por el otro las armas reales, así como el guión real con las armas de Castilla bordadas en oro, plata y seda, con guarnición amarilla.
Aparte de estos primeros ejemplares de enseñas particulares y/o reales, durante los siglos siguientes el archipiélago no conocerá más banderas que las comunes a todos territorios gobernados por la monarquía hispánica, como puede comprobarse por los ejemplares de las banderas de las Milicias Provinciales de Canarias conservadas en el Museo Militar Regional (Santa Cruz de Tenerife), todas del siglo XVIII.
Banderas de matrícula
La primera disposición legal respecto a una bandera para Canarias es la Real Orden de 30 de julio de 1845, que establece la bandera de matrícula marítima, distintivo de todos los puertos de la entonces única provincia, con cabecera en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, asignándole un aspa blanca sobre fondo azul, bandera que con el tiempo quedaría como la propia de la isla de Tenerife.
En 1888 se crea la bandera de matrícula del Puerto de la Isleta o de la Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, dividida diagonalmente de amarillo y azul; igualmente, esta bandera acabaría por representar a la isla de Gran Canaria.
Todo parece indicar que la elección de estos colores y diseños para las banderas de matrícula marítima, tanto las canarias como las del resto de los puertos españoles fue meramente casual y sin otro significado que el de distinguir unas de otras, aunque en el caso de la de Las Palmas se ha intentado explicar el amarillo como “amarillo canario” (por el pájaro homónimo) y el azul por el mar.
Alusiones literarias
La primera alusión literaria a una bandera de Canarias está contenida en un poema del periodista lanzaroteño afincado en Madrid José Betancor Cabrera, que publicaba con el pseudónimo “Ángel Guerra” una narrativa costumbrista. En su único libro de versos, titulado Allá, escrito en la capital de España en 1902 y publicado en Las Palmas de Gran Canaria en 1904, se incluye el poema “A la Bandera”, cuyos versos dicen:
Gallardeas y te ufanas
con los colores más bellos:
Blanco, con blanco de gloria,
azul, con azul de cielo
(…)
Bandera, manto de virgen
¡no sabes cuánto te quiero!
No tienes color de sangre
¡tienes colores de cielo!
“Ángel Guerra” se limita en este poema a describir los colores de lo que para él es la bandera canaria, pero sin aclarar su disposición sobre el lienzo. Dichos colores coinciden con los de la primera bandera de matrícula, aunque se refiere al azul como “de cielo”, y no al tradicional azul marino que figurará en todas las banderas desde las de matrícula hasta la actual de la comunidad autónoma, con excepción de la reivindicada por el movimiento independentista, que sí incluye la tonalidad celeste; sin embargo, esta alusión al cielo podría tratarse de un mero recurso poético obligado por la rima.
Otra alusión literaria a una bandera para Canarias la encontramos en un poema del político republicano federal tinerfeño Nicolás Estévanez y Murphy, escrito al parecer en 1893 y publicado en el periódico Las canarias y nuestras posesiones africanas, editado en Madrid, el 19 de mayo de 1907. Poema en el que el autor expone su idea de una autonomía para el archipiélago dentro de la unidad española, de acuerdo con su ideario republicano federal:
(…)
La bandera española
será siempre bandera de mi patria.
Pero a la sombra del augusto lienzo,
con los colores de la madre España,
lucirá ante los mundos
la tricolor bandera de Canarias;
bandera que en mis sueños
se me aparece roja, azul y blanca;
en lienzo rojo
el Teide azul de cúspide nevada
(…)
Aunque no hay constancia de que este diseño llegara a materializarse, podemos aventurar su aspecto a raíz de dicha descripción.
La bandera del Ateneo de La Laguna
La primera bandera de la que se tiene noticia histórica de que ondeara efectivamente en algún momento en representación del Archipiélago fue la llamada “bandera del Ateneo de La Laguna”, denominada así por haber sido izada en la fachada de la sede de esta institución en la primera década del presente siglo, probablemente en 1907, permaneciendo allí durante algún tiempo, hasta que al parecer “hubo que retirarla para evitar males mayores” (según afirma en sus Memorias Domingo Cabrera Cruz, uno de los fundadores del Ateneo). Esta es la primera vez que aparecen estrellas en una bandera que pretende identificar a Canarias, esta vez blancas y dispuestas sobre un lienzo azul en una distribución que reproduce esquemáticamente la posición de las siete islas en el mapa.
No parece aventurado suponer que la presencia de las estrellas estaría influido por modelos americanos, importados por los numerosos emigrantes canarios que afluyen al otro lado del océano acuciados por las sucesivas crisis; no hay que olvidar que la bandera de Venezuela, uno de los principales países receptores de emigración canaria, contiene siete estrellas blancas sobre fondo azul que representan a los primitivos territorios integrantes de la Federación en 1811.
La aparición de esta efímera bandera canaria tiene lugar en los años en que se inicia la crisis del sistema político de la Restauración y adquiere un inusitado auge la pugna que enfrenta a los partidarios y enemigos de la división provincial. A consecuencia de todo ello, afloran en el debate intelectual, en la prensa y en la escena política la idea autonomista e, incluso, varios movimientos regionalistas que, sin embargo, fueron siempre minoritarios y tuvieron una existencia efímera. La bandera del Ateneo de La Laguna sería posteriormente asumida por el Partido Nacionalista Canario, creado en torno a la Asociación Canaria de Cuba y fundado en La Habana en 1924, y figuró en la portada de todos los números de su órgano oficial de expresión El Guanche (segunda época).
En el número uno se publicó un artículo titulado “La bandera” en el que se afirmaba: “La misma enseña, con sus siete estrellas en campo azul como su cielo”, expresión esta última que no debe tener un sentido literal, ya que el tono de azul que aparece en el dibujo de la portada es claramente el azul marino propio de las banderas de matrícula. Ya antes de la fundación del PNC la Asociación Canaria de Cuba había usado esta bandera en algunos de sus actos, lo mismo que algunos particulares tanto en la isla caribeña como en el estado norteamericano de Florida. A menudo se la denomina como “la bandera de Secundino Delgado”, más por ser éste el fundador del PNC que por considerársele creador de la bandera. En los último tiempos la bandera del Ateneo ha resurgido como enseña propia del renacido Partido Nacionalista Canario, recientemente integrado en la Federación Nacionalista Canaria.
En 1931, la revista Tierra canaria, editada en La Habana por la citada Asociación Canaria, reproduce en su portada una bandera muy similar a la del Ateneo, pero con seis estrellas dispuestas en círculo alrededor de una central
Al parecer, el autor de la portada, el pintor Manuel Martín González, quiso hacer una reinterpretación de la bandera del Ateneo, pero colocando a una de las estrellas, la que representaría a Tenerife, en posición central.
El texto que explica la ilustración dice así: “…Una bandera que ya empieza a eclipsar a la bandera española. ¡Una bandera nuestra! Una bandera azul, que nació de la unión romántica del azul del cielo con el azul del mar en un milagro de fecundidad y, en la que Dios puso conmovido siete estrellas de luz, para simbolizar dignamente siete estrellas caídas y marchitas, sobre el ruido del mar.”
Primeras propuestas independentistas
A mediados de la década de los 50 emigrantes canarios forman en Venezuela una organización denominada Movimiento pro Independencia de Canarias (MIC), y probablemente desconocedores de la bandera del Ateneo y de otras propuestas anteriores diseñaron una bandera para Canarias consistente en dos franjas horizontales, azul la superior y amarilla la inferior, sobre las cuales se superponía una cruz de San Andrés blanca. Se trataba, evidentemente, de una combinación de las dos banderas de matrícula de los puertos canarios.
Una bandera bastante similar, aunque no parece que tuviera ninguna relación con la anterior, es la diseñada por los integrantes del grupo autodenominado República Independiente del Atlántico, creado a principios de los sesenta por estudiantes de la Universidad de La Laguna. Aunque no llegaron a convertirse en un grupo organizado políticamente, planteaban la independencia como solución política para Canarias, y en ese sentido diseñaron una bandera que como la del MIC se basaba en una combinación de las de las dos provincias: dividida diagonalmente en cuatro triángulos, azules el superior e inferior y amarillos los laterales, con un aspa blanca superpuesta y sobre el conjunto, en el centro, un círculo de siete estrellas rojas; este último color bien pudiera tener una significación revolucionaria, y la disposición de la estrellas en círculo parece querer representar la igualdad de todas las islas, como posteriormente propondría el MPAIAC para sus estrellas verdes; por otra parte, no parece que los miembros de la RIA tuviesen conocimiento de la bandera del Ateneo ni contacto alguno con el Partido Nacionalista Canario ni con el MIC.
Canarias Libre
El movimiento Canarias Libre (CL) fue constituido en 1961 por un grupo de jóvenes profesionales y abogados de Gran Canaria, entre los que destacaba Fernando Sagaseta. Entre sus miembros se encontraba doña Carmen Sarmiento y sus hijos Arturo y Jesús Cantero Sarmiento, quienes, desconocedores de las banderas precedentes, idearon una bandera tricolor formada por tres franjas verticales de igual tamaño, blanca, azul y amarilla. Este diseño vuelve a combinar los colores representativos de las dos provincias, pero disponiéndolos de forma que reproduce la situación de ambas sobre el mapa, es decir, Santa Cruz de Tenerife (blanco y azul), a la izquierda por ser la provincia occidental, y Las Palmas (azul y amarillo) a la derecha como provincia oriental.
En el libro de Sergio Millares Cantero Fernando Sagaseta: la vida de un luchador irremediable se incluye el siguiente párrafo al respecto:
Arturo Cantero recuerda la fecha del 7 de septiembre de 1961, la víspera del Pino, como una fecha clave porque fue la primera vez que se lanzó la bandera tricolor canaria. Fue confeccionada en la calle de la Peregrina por su hermano Jesús, su madre, María del Carmen Sarmiento, y Arturo “sentados en una mesa enorme que teníamos, uno cortaba el papel amarillo, otro el blanco y otro el azul. La elección de los colores fue una simple superposición de los colores de las dos provincias. Y una vez confeccionada la bandera uno le puso con un bolígrafo CL. Hicimos dos mil o tres mil banderas y se lanzaron en Teror, la víspera del Pino. Era una banderita de veinte centímetros por diez”
Seguramente sin saberlo, los creadores de esta bandera estaban siguiendo el mismo criterio cartográfico de la del Ateneo de La Laguna, aunque sustituyendo las estrellas por la representación cromática. De esta forma se conseguía que ninguna combinación provincial de colores prevaleciera sobre la otra, como ocurría con las propuestas del MIC o la RIA. Fernando Sagaseta intentó añadir una explicación ideológica al diseño elegido, argumentando que las banderas revolucionarias siempre tenían sus franjas dispuestas en sentido vertical, mientras que las monárquicas las tenían en sentido horizontal, argumento que obviamente carece del menor fundamento.
Esta bandera tricolor, de fabricación casera, fue lanzada en la localidad grancanaria de Teror por sus creadores y otros miembros de Canarias Libre el 8 de septiembre de 1961, durante la fiesta de la Virgen del Pino, patrona de Gran Canaria. A pesar de no contener ningún texto aclaratorio, fue reconocida espontáneamente por parte del público como la bandera canaria. Ha habido alguna confusión acerca de si esta primera bandera tendría las tres franjas iguales o si la franja azul sería más ancha; todo parece indicar que si los primeros ejemplares mostraban una franja central más ancha, ello se debió simplemente a un defecto en el corte de las tiras de papel en que estaban rudimentariamente confeccionadas. Tampoco está muy claro cuál sería el tono de azul, si marino o celeste, pero no parece que éste fuese un detalle considerado por su autor, y en los ejemplares que se usaron posteriormente no hubo ninguna uniformidad, si bien prevaleció el azul marino más o menos oscuro.
Probablemente, un hecho que contribuyó a que la gente identificara a estos tres colores como los propios de Canarias es el de que desde hacía bastantes años venían siendo usados por los dos principales clubes de fútbol: el C.D. Tenerife (blanco y azul) y la U.D. Las Palmas (amarillo y azul), evidentemente como reflejo de las respectivas banderas insulares.
El MPAIAC
Algunos años después, el 22 de octubre de 1964, el abogado tinerfeño Antonio Cubillo, que había estado vinculado a Canarias Libre, funda en Argel el Movimiento por la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC), a partir del Movimiento Autonomista Canario, y adopta una bandera tricolor inspirada en la de Canarias Libre, aunque incorporando en la franja azul un círculo de siete estrellas verdes de cinco puntas; esta es la primera vez que aparece el color verde en un bandera canaria, con la consecuencia de obligar a convertir el color de la franja central en azul celeste para poder distinguir las estrellas superpuestas.
El punto 25 de la Resolución final adoptada por el MPAIAC el día de su fundación establecía al respecto: “la Bandera Nacional comprenderá y constará de tres bandas verticales del mismo tamaño, la primera blanca, la segunda, o sea la del medio, azul claro, y la tercera, amarilla. Sobre la banda central y en círculo irán siete estrellas verdes que representarán la igualdad de las siete islas sobre el mar azul. El blanco, el azul y el amarillo serán los colores nacionales”. Es de resaltar la contradicción en que incurre el texto cuando otorga la representación del “mar azul” al azul celeste y no al azul marino, presente en las banderas provinciales; por otra parte, al establecer los “colores nacionales” no cita al verde de las estrellas y el azul no es identificado como “claro” ni celeste.
Antonio Cubillo explicaba la presencia de las estrellas en alusión a las que figuraban en la bandera del Ateneo de La Laguna, cuyo recuerdo le habría transmitido su abuela. Pero al no recordar ella ni el color ni la disposición de las estrellas, Cubillo decidió disponerlas en círculo y darles el color verde para representar el continente africano, al cual Canarias pertenece geográficamente y –según el MPAIAC- étnica y culturalmente.
Hay que añadir que Antonio Cubillo ha declarado que es falsa la versión de la creación de la bandera tricolor por la familia Cantero Sarmiento, aunque no ha aclarado si en ese caso fue él quien creó todo el diseño o si sólo añadió las estrellas a un modelo precedente.
Según Manuel Suárez Rosales (ver Bibliografía) la bandera del MPAIAC es amarilla con un círculo blanco en el centro que lleva un símbolo verde correspondiente a la inicial de la palabra mazigia (bereber) azarug (independencia). Para el nacionalismo radical canario el Archipiélago forma parte de la comunidad de pueblos bereberes, y por tanto el mazigio sería la lengua oficial de una hipotética nación canaria independiente. Las proporciones son 4:7
Sin embargo, en la web del actual MPAIAC (http://www.mpaiac.org/) se dice que este movimiento asume como símbolo propio la bandera de las estrellas verdes.
Otra bandera que suele verse en actos organizados por los independentistas también ostenta ese signo, junto con otros dos caracteres mazigios.
Por otra parte, otro grupo independentista pretende haber proclamado una “República de Taknara“, que abarcaría no sólo el Archipiélago Canario sino también parte del sur de Marruecos y el norte del Sáhara Occidental. Su bandera, basada en la creada por Cubillo, incluye una pintadera aborigen en lugar de las estrella
La autonomía
Cuando llega la transición política, a partir de 1975, se desata una viva polémica sobre la bandera a utilizar por una futura entidad canaria autogobernada. Era evidente que nadie pensaba en la recuperación de modelos que como la bandera del Ateneo apenas eran conocidos ni recordados. Los grupos políticos de izquierdas se inclinaban por la salida constitucional de considerar a Canarias como “nacionalidad”, mientras que la derecha y el centro abogaban por el concepto de “región”; los independentistas quedaron reducidos a algunos grupúsculos sin apenas presencia en la vida política canaria. Tanto la izquierda como los nacionalistas coincidían en propugnar el uso de la bandera de las siete estrellas verdes, mientras que la derecha y el centro, que aliadas constituían la mayoría legislativa, optaban por la tricolor lisa.
También parece que algunos grupos de izquierda usaron una bandera con estrellas rojas durante estos años.
Como curiosidad, cabe mencionar que durante la discusión del Proyecto de Estatuto de Autonomía por la Asamblea Mixta (compuesta por los diputados y senadores por Canarias más los miembros de las dos Mancomunidades provinciales) el 22 de diciembre de 1980, el PSOE planteó la posibilidad de adoptar una solución de compromiso, consistente en cambiar el color de las estrellas de verde a blanco, en recuerdo de la “bandera histórica” (es decir, la del Ateneo).
Se fue imponiendo un cierto espíritu práctico y de concordia entre todos los partidos con representación, lo que llevó a la aceptación general de la opción regional y de la bandera de Cantero Sarmiento. Finalmente, el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma de Canarias, aprobado por Ley Orgánica 10/82, de 16 de agosto de 1982, estableció en su artículo 6: “La bandera de Canarias estará formada por tres franjas iguales en sentido vertical, cuyos colores son, a partir del asta, blanco, azul y amarillo”
Al no existir ninguna disposición que desarrollara este precepto estatutario y especificara las características e intensidad de los colores de la bandera de Canarias, durante muchos años se usaron, especialmente en las de las instituciones oficiales, unos colores parecidos a éstos:
Sin embargo, mediante el Decreto 184/2004, de 21 de diciembre (BOC de 7-1-2005), modificado por Orden de 24 de noviembre de 2005 (BOC de 2-12-2005), se aprobó un Manual de identidad corporativa del Gobierno de Canarias donde, entre otras cuestiones, se especificó de forma precisa la tonalidad de los colores de la bandera:
Junto a la simple tricolor recogida en el Estatuto, se usa de forma oficial un modelo que incluye el escudo de la Comunidad, también definido por el citado Manual
Más información: Imágenes e información sobre el escudo de la Comunidad Autónoma
Por otra parte, es bastante común ver en fiestas populares, verbenas y otras celebraciones un modelo oficioso que consiste en los mismos colores pero en disposición horizontal. Aparentemente, no parece haber otra razón para esta disposición que la forma de confección de estas banderas, en largas tiras de franjas longitudinales que posteriormente son cortadas transversalmente.
Finalmente, habría que señalar que mediante Decreto 123/1990 (BOC de 30-7-1990) se estableció el procedimiento para la aprobación de escudos, blasones y banderas en la Comunidad Autónoma de Canarias.
►►Texto e imágenes extraidos de Simbolos de Canarias.
Fuente : Islas Canarias, Abril 2010
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