El pueblo saharahui, en el Sahara Central del Africa,fue invadido y expulsado en 1975 a un exilio en el desierto, la cárcel al aire libre más grande del mundo, rodeada por un muro militar de más de 2,720 kilómetros construido por Marruecos, que ha expoliado los recursos de una nación considerada “no autónoma” , y que explota a los habitantes cautivos, cambiándoles la identidad.
El periodista peruano Ricardo Sánchez Serra viene desde hace muchos años denunciando el abuso y la arbitrariedad del Reino de Marruecos en artículos periodísticos, foros internacionales, incluida la propia ONU, y está siendo víctima de una hostilización permanente por parte de la embajadora de ese país monárquico árabe, Oumama Aouad, que se ha permitido cursar cartas a los medios de comunicación y a los distintos lugares donde labora el hombre de prensa, exigiendo que se le despida y que no se publiquen sus puntos de vista.
LOBBYS Y DÁDIVAS
Por otro lado, sin embargo, congresistas y otras personas públicas disfrutan de viajes sufragados para que no vean, no escuchen y no opinen de lo que pasa en el Sahara. Estas invitaciones, que no son más que lobbies y están prohibidas en muchos países, se disfrazan sutilmente al aducir que se efectúan “por razones culturales”.
En una oportunidad, Sánchez Serra recurrió a un ex Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, a quien mostró pruebas del acoso de la embajadora, que escribió al Municipio donde laboraba y al Arzobispado, donde también ejercía su derecho al trabajo, exigiendo que se le despida o que se rectifique pues “sus opiniones podrían ser malinterpretadas” por su legación diplomática, como una “postura oficial” del lugar de trabajo del periodista. ¿Resultado? El congresista a Marruecos en viaje por invitación, y el asunto durmiendo con el mismo entusiasmo que los expedientes en el Poder Judicial.
Y no es el único parlamentario, por si acaso. Hay varios que han salido a expresar su convenida condena al hombre de prensa y a alabar las virtudes marroquíes, olvidando al parecer que, en estos días de globalización, para un periodista es muy simple cruzar información y averiguar qué nación invita a quién, por cuanto tiempo, con o sin gastos pagados, y luego corroborar y reconfirmar con las líneas aéreas y agencias de viaje, como con la Dirección de Migraciones. Total. No tiene de malo. La población tiene derecho de supervisar a sus empleados ¿no? Y un congresista no es ni más ni menos que eso.
LA VERDAD DE LA MILANESA
Para las Naciones Unidas, el Sahara Occidental (que otrora fuera una colonia española y que fuera invadido posteriormente por Marruecos) es un territorio en proceso de descolonización. Sus habitantes son la única población árabe de habla hispana. Los saharauis que pudieron huir del genocidio perpetrado por los invasores marroquíes se instalaron en campos de refugiados, en cuyos territorios constituyeron la Republica Arabe Saharaui Democrática, reconocida por más de 84 países del mundo y miembro de la Unión Africana.
Sánchez Serra ha explicado en numerosos escritos que la autodeterminación a la que tiene derecho el pueblo saharaui ha sido reconocida por no solo por la Resolución 1514 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sino también por el Tribunal de La Haya, que señaló que “el Sahara Occidental no tiene vínculo territorial con Marruecos”. Otras Resoluciones de la ONU y de su Consejo de Seguridad piden la retirada de Marruecos, deploran la ocupación, reconocen la legitimidad de la lucha saharaui
En el IV Comité de Descolonización de la ONU, reunido en Nueva York en octubre del 2013, sostuvo que era fundamental que se aplique un referéndum en el territorio ocupado para que se logre la independencia y se ponga fin a una invasión que ha separado injustamente a miles de familias, en el que se violan sistemáticamente los derechos humanos, se impide estudiar a las jóvenes saharauis, se explota la pesca, los fosfatos y el petróleo, han envenenado lo pozos de agua del desierto, se prohíbe a los que viven en territorio ocupado que usen las vestimentas tradicionales de su cultura, se ha destruido patrimonio cultural arqueológico y museológico, y en el colmo hasta los niños son calificados con notas bajas en los colegios sólo porque son saharauis y no marroquíes.
Sánchez Serra ha explicado en numerosos escritos que la autodeterminación a la que tiene derecho el pueblo saharaui ha sido reconocida por no solo por la Resolución 1514 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sino también por el Tribunal de La Haya, que señaló que “el Sahara Occidental no tiene vínculo territorial con Marruecos”. Otras Resoluciones de la ONU y de su Consejo de Seguridad piden la retirada de Marruecos, deploran la ocupación, reconocen la legitimidad de la lucha saharaui
En el IV Comité de Descolonización de la ONU, reunido en Nueva York en octubre del 2013, sostuvo que era fundamental que se aplique un referéndum en el territorio ocupado para que se logre la independencia y se ponga fin a una invasión que ha separado injustamente a miles de familias, en el que se violan sistemáticamente los derechos humanos, se impide estudiar a las jóvenes saharauis, se explota la pesca, los fosfatos y el petróleo, han envenenado lo pozos de agua del desierto, se prohíbe a los que viven en territorio ocupado que usen las vestimentas tradicionales de su cultura, se ha destruido patrimonio cultural arqueológico y museológico, y en el colmo hasta los niños son calificados con notas bajas en los colegios sólo porque son saharauis y no marroquíes.
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