La Plata, 10/10/14.- Por Luz Marina Mateo / Para Voz del Sahara Occidental en Argentina
Ahmed Brahim Ettanji es el joven saharaui que preside Equipo Mediático (también conocido como “Equipe Media”), un grupo de jóvenes periodistas y fotógrafos que cumplen con su difícil trabajo directamente desde los territorios ocupados del Sahara Occidental. Los teléfonos celulares -con los que graban audio y video y toman fotos a escondidas-, las redes sociales y la página web, son sus únicas armas para dar a conocer al mundo las violaciones de los derechos humanos a los que son sometidos en forma cotidiana por parte de las autoridades marroquíes. Saben de los riesgos que su tarea implica y, sin embargo, no se rinden. Con él hablamos sobre el mártir Hassana Luali (cuyo cadáver fue sepultado dos días después de esta entrevista, sin autorización de sus familiares y sin la autopsia que estos reclamaban), los sucesos posteriores en Dajla ocupada, la situación de los periodistas y loslobbies. A través de Voz del Sahara Occidental en Argentina, también envía mensajes a los saharauis y saharauías de los campamentos de refugiados y la diáspora y a las sociedades de nuestra América Latina y Caribeña. Hasta aquí las descripciones. Que levante la mano la palabra.
¿Cómo les relatarías a los lectores y lectoras lo que sucedió con Hassana Luali?
El compañero Hassana Luali era un preso político condenado a tres años de prisión, que ha estado en la cárcel negra de El Aaiún y ha sido trasladado luego a la cárcel de Dajla, donde sufrió mucha tortura -psicológica y física- y malos tratos, tanto él como todos sus compañeros. Era una persona diabética y, después de tantas huelgas de hambre, su salud ha ido empeorando y necesitó muchas veces una atención médica que no ha recibido, a tal punto que ha llegado a tener siete gramos de azúcar en sangre y lo trasladaron en coma al hospital. Allí, han sabido perfectamente que era diabético porque, pinchando con una aguja en una mano, se puede saber si una persona padece o no de diabetes. Sabiendo eso, le han puesto un suero con glucosa, con azúcar… Ahí ha subido más el nivel de azúcar en el cuerpo y esas cosas han sido el motivo; eso, más la negligencia que ha vivido porque, en el hospital donde ha ido, hay un médico que no quiso recibirlo porque se trataba de un preso político y por sus opiniones contra la ocupación marroquí.
¿Qué sentiste al recibir la noticia de su muerte?
Esta noticia la hemos recibido con mucha tristeza y muy sorprendidos. Muchos saharauis y saharauías han salido a las calles en Dajla ocupada al enterarse del hecho. Fueron al hospital de la ciudad a protestar y a pedir a las autoridades de ocupación que expliquen los motivos de la muerte y una autopsia imparcial que no sea realizada por la parte marroquí, porque siempre van a manipular. También han exigido condenar a los culpables de la muerte del mártir Hassana Luali.
¿Qué pasó con los periodistas de Equipo Mediático que se dirigían a Dajla a dar cobertura informativa a los hechos?
Después del martirio del compañero Hassana Luali, otros compañeros suyos cumplieron la condena de tres años de cárcel y fueron liberados. Tras su liberación, un importante número de activistas y nuestros corresponsales de Equipo Mediático fueron a Dajla para realizar una cobertura informativa ante el bloqueo que existe a los recibimientos que van a hacer las masas saharauis a los presos políticos y a la visita que estos iban a hacer a la familia del mártir. Estábamos segurísimos de lo que iba a pasar, que iba a haber una intervención… Los compañeros que fueron a realizar esa cobertura, llegaron hasta la zona conocida como “Punto 111”, al norte de Dajla; se encontraron con furgonetas de fuerzas auxiliares y de la Gendarmería Real Marroquí cuyos efectivos les pararon, les amenazaron y les dijeron que tenían que emprender la vuelta a El Aaiún [es decir, desandar un camino de 500 kilómetros] en ese mismo momento. Nuestros compañeros pidieron explicaciones, preguntando por qué, solicitando una justificación y queriendo conocer si existía una orden basada en el derecho internacional por la cual se les pudiese impedir ir a Dajla. Les contestaron que lo que tenían eran órdenes superiores de los altos cargos y que no iban a pasar…
En medio de la conmoción por las noticias sobre la muerte de Hassana Luali, un portal económico anunciaba que “Marruecos construirá un gran puerto en Dakhla para desarrollar la región”. ¿Ves alguna relación entre ambas informaciones surgidas en forma simultánea?
Nosotros estamos muy seguros de que el dinero que ganan las autoridades de ocupación con el expolio del Sáhara Occidental, es el mismo que gasta Marruecos en los lobbies mundiales que lo apoyan y hacen presión en los foros internacionales y en el mismo Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que existan resoluciones a su favor en esa cuestión. Este caso que mencionas responde seguramente a eso. Sabemos que la cuestión del Sáhara Occidental es una espina en la garganta del gobierno marroquí. El propio vértice de la pirámide de ese régimen feudal, Mohamed VI, ha dicho en un discurso que la situación del Sáhara Occidental está en un momento muy crítico para Marruecos. Aunque parezca raro, Francia y otros aliados están cambiando la posición hacia Marruecos, porque saben que es un Estado terrorista, que no respeta los derechos humanos ni el derecho internacional, que ha violado muchas veces los dos principales pactos internacionales: el de Derechos Civiles y Políticos y el de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Además, Marruecos está en crisis con Christopher Ross [enviado personal del Secretario General para el Sáhara Occidental], quien viene con una intención muy seria de aplicar una solución a este conflicto que ya lleva muchos años, que es olvidado por la comunidad internacional y por varios organismos. Lo que está haciendo ahora Marruecos es intentar explotar al máximo las riquezas porque, según los analistas políticos, 2015 es un año decisivo en la causa saharaui.
Volviendo al tema de los periodistas saharauis, ¿cómo describirías la situación de estos en los territorios ocupados?
Hay un blo
queo militar e informativo en las zonas ocupadas porque Marruecos no quiere que se conozcan las violaciones de los derechos humanos que está cometiendo en el Sahara Occidental. Cualquier delegación de activistas, periodistas u observadores que quiera entrar al territorio, es expulsada. Nuestro deber como activistas mediáticos en las zonas ocupadas es intentar romper ese bloqueo informativo con nuestros mecanismos pequeños. Todo ese trabajo que se realiza aquí, en las zonas ocupadas, implica un alto riesgo para todos nosotros. Uno de los casos es el de Mahmud El Haissan, el corresponsal de RASD TV, que está ahora mismo en la cárcel solo por hacer una cobertura mediática tras el partido del pasado campeonato mundial de fútbol en el que Argelia venció a Alemania y mucha gente salió a la calle a festejar ese triunfo. En abril de este año, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 2152 sobre el Sáhara Occidental en la que exhorta a Marruecos a respetar la libertad de expresión pero este sigue negando ese derecho y hace lo contrario: multiplica sus métodos represivos contra los periodistas y fotógrafos saharauis. Todas las personas que intentan documentar cualquier hecho que ocurre en los territorios ocupados llevado a cabo por las autoridades de ocupación, se encuentran con represalias.
queo militar e informativo en las zonas ocupadas porque Marruecos no quiere que se conozcan las violaciones de los derechos humanos que está cometiendo en el Sahara Occidental. Cualquier delegación de activistas, periodistas u observadores que quiera entrar al territorio, es expulsada. Nuestro deber como activistas mediáticos en las zonas ocupadas es intentar romper ese bloqueo informativo con nuestros mecanismos pequeños. Todo ese trabajo que se realiza aquí, en las zonas ocupadas, implica un alto riesgo para todos nosotros. Uno de los casos es el de Mahmud El Haissan, el corresponsal de RASD TV, que está ahora mismo en la cárcel solo por hacer una cobertura mediática tras el partido del pasado campeonato mundial de fútbol en el que Argelia venció a Alemania y mucha gente salió a la calle a festejar ese triunfo. En abril de este año, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 2152 sobre el Sáhara Occidental en la que exhorta a Marruecos a respetar la libertad de expresión pero este sigue negando ese derecho y hace lo contrario: multiplica sus métodos represivos contra los periodistas y fotógrafos saharauis. Todas las personas que intentan documentar cualquier hecho que ocurre en los territorios ocupados llevado a cabo por las autoridades de ocupación, se encuentran con represalias.
Los y las periodistas allí, ¿tienen miedo? De ser así, ¿a qué temen?
Muchas veces lo conversamos con mis compañeros y compañeras. No tenemos miedo de ser torturados ni de ir a la cárcel… No… Porque nosotros estamos seguros de que somos objetivos de detención y de tortura por nuestro trabajo: sabemos el resultado. El miedo que tenemos es que detengan a la mayoría de los periodistas y, después, ¿quién podrá sacar la información al exterior? Ese es nuestro miedo.
Como periodista saharaui, ¿cuál es tu mensaje desde los territorios ocupados a los saharauis y saharauías de la diáspora y de los campamentos de refugiados?
Mi mensaje a todas y todos los saharauis que se encuentran en la diáspora, es que intenten hacer lo que puedan para romper este bloqueo informativo y militar impuesto en las zonas ocupadas por las autoridades de ocupación marroquíes. Y también que traten de sensibilizar a la opinión pública y a la sociedad civil en toda la diáspora (en la Unión Europea, en América Latina, etc.) sobre las graves, las flagrantes violaciones de derechos humanos. En cuanto a los saharauis que están en los campamentos, les mando un mensaje de ánimo y de solidaridad, como nosotros recibimos de ellos… Yo me quito el sombrero ante esas mujeres que están en los campamentos de refugiados y que han construido un Estado a lo largo de dieciséis años de guerra.
¿Qué les dirías a las sociedades de América Latina y Caribeña?
Para mí América Latina es la cuna de las revoluciones (sobre las que he leído bastantes libros) y estoy encantado de ellas. Quiero decirle a toda esa gente que nosotros estamos continuando esa revolución -que nos viene de allí- contra los Estados imperialistas y necesitamos un apoyo por parte de ellos y por parte de todos los internacionalistas. Espero que sientan todas las injusticias que vivimos nosotros aquí.
Finalmente, Ahmed Brahim Ettanji dedicó unas palabras especiales que esta entrevistadora comparte con mucha satisfacción: “No quiero perder la ocasión de agradecerte personalmente y, por tu intermedio, a la Cátedra [Libre de Estudios sobre el Sáhara Occidental] y a Voz del Sáhara Occidental en Argentina“.
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