En Marruecos, algunas voces han llamado a “movilizarse para neutralizar la influencia de John Bolton” en el proceso de paz conducido por la ONU en el Sáhara Occidental.
El consejero de seguridad estadounidense amenazó con retirar la financiación de la MINURSO, que hasta ahora ha sido asegurada por la Casa Blanca, lo que pondría en peligro el statu quo deseado por Rabat. Incluso, indican las mismas voces, mencionó « el referéndum que el Consejo de Seguridad ha abandonado gradualmente desde el inicio del proceso político en 2007″.
En un largo reportaje sobre el Sáhara Occidental, titulado “Is one of Africa’s oldest conflicts finally coming to an end”, la revista norteamericana The New Yorker confirma el deseo de Washington de poner fin al conflicto y recuerda la tragedia sufrida por los saharauis desde la invasión marroquí de su país.
Esta tragedia es en gran medida culpa de la comunidad internacional, que tarda en aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La revista norteamericana señala que Francia, principal defensora extranjera de Marruecos, se encuentra en el fondo del estancamiento del proceso de resolución del conflicto de la ONU, que prevé un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui.
La misma fuente añade que Marruecos es regularmente culpable de violaciones masivas de los derechos humanos en los territorios saharauis que ha ocupado ilegalmente desde 1975, precisando que se prohibe la entrada en el territorio a la prensa extranjera.
Añadió que Francia, cómplice de Marruecos, es uno de los países que más saquea las riquezas del pueblo saharaui. El New Yorker señala a este respecto que “muchos políticos franceses tienen suntuosas casas de vacaciones en Marruecos”. Casas “ofrecidas” a cambio de su apoyo a la colonización del Sáhara Occidental.
El New Yorker recuerda que el 5 de diciembre del año pasado, por primera vez en seis años, los protagonistas del conflicto, el Frente Polisario y Marruecos, se reunieron en torno a la misma mesa en Ginebra por iniciativa de la ONU con el fin de encontrar una solución al conflicto de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
La revista, que cita fuentes cercanas a ambas partes en el conflicto, dice que el nuevo consejero americano para la seguridad nacional del presidente Trump, John Bolton, desempeñó un papel importante en la celebración de este encuentro. “John Bolton y el enorme compromiso de los estadounidenses ayudaron mucho a hacer posible esta reunión”, dijo a los medios de comunicación estadounidenses un alto funcionario cercano a las conversaciones. Algunos diplomáticos que participan en las negociaciones hablan del “efecto Bolton”.
No es de extrañar. Durante un debate en Washington a mediados de diciembre, durante el cual se dio a conocer la nueva estrategia de la Administración Trump para África, Bolton argumentó que estaba ansioso por poner fin al conflicto del Sáhara Occidental. “Debemos pensar en los habitantes del Sáhara Occidental, los saharauis, muchos de los cuales aún viven en medio del desierto en campamentos de refugiados cerca de Tinduf. Debemos permitir que estas personas y sus hijos regresen a sus hogares”, dijo.
Bolton está familiarizado con el conflicto, recuerda la revista estadounidense. Trabajó en el mandato de mantenimiento de la paz de la ONU para la región en 1991. Desde finales de los años 90, formó parte de un equipo de negociación de la ONU dirigido por James Baker, ex Secretario de Estado, que estaba a punto de negociar un acuerdo de paz y celebrar un referéndum sobre la independencia del Sáhara Occidental. El Polisario aceptó la propuesta, pero no Marruecos. Baker dijo a la revista norteamericana, en una entrevista en Houston, que el conflicto “no ha sido bien gestionado y por eso persiste”.
Según The New Yorker, el nombramiento de John Bolton como consejero de la Casa Blanca ha dado lugar a una nueva actividad sobre la cuestión saharaui en la ONU y en el Departamento de Estado americano. “Creo que debería haber una intensa presión sobre todos los interesados para ver si pueden solucionar el problema”, declaró Bolton citado por la revista estadounidense.
Este último recordó que fue en este contexto que el mandato de la Minurso fue renovado, para gran disgusto de los diplomáticos marroquíes y franceses, por seis meses en lugar de un año, ya que Bolton estima que la misión de paz había prolongado el conflicto al socavar los esfuerzos para resolver los problemas subyacentes.
El New Yorker señala que Bolton ha acusado repetidamente a Marruecos de utilizar tácticas dilatorias para bloquear las negociaciones. Escribió en 2007: “Marruecos se apoderó de casi todo el Sáhara Occidental. Estaría encantado de mantenerlo así y espera que este control de facto se transforme, con el tiempo, en un control de jure ».
Numerosos observadores marroquíes piensan que Bolton simpatiza con el Polisario. “En Marruecos, John Bolton habrá dejado su huella en la mente de la gente con sus posiciones abiertamente cercanas a las teorías separatistas. De hecho, el diplomático estadounidense había mostrado cierto sesgo en la gestión de la cuestión del Sáhara al defender la tesis de los separatistas. Y fue sobre él que el tormentoso presidente estadounidense Donald Trump eligió como nuevo Asesor de Seguridad Nacional”, escribió Tarik Qattab en un artículo publicado le 23 mars 2018 por Le 360, una página web cercana al palacio real.
Son estos temores los que han empujado a romper las relaciones diplomáticas con Irán. De esta manera, espera ganar los favores de Trump y Bolton.
El pasado mes de septiembre, el Ministro de Asuntos Exteriores marroquí llegó incluso a acusar al Polisario de recibir armas del partido político militar libanés Hezbolá. Pero la grosera maniobra no convenció a nadie porque carecía cruelmente de pruebas.
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